Preguntas frecuentes

sobre feminicidio

El feminicidio es el asesinato de mujeres por razones de género, es decir, motivados de forma injustificada por los estereotipos de lo que socialmente se considera que debe ser y hacer una mujer, niña o adolescente, también se expresan a través de formas de castigo y humillación, incluso después de la muerte. Por ejemplo, algunos feminicidios son cometidos como «castigos» por una supuesta infidelidad, o porque ella decidió separarse de su pareja.

La violencia sexual también refleja las razones de género: algunos feminicidas consideran que están «autorizados» para ejercerla porque la víctima usaba cierto tipo de ropa o simplemente porque se encontraba en un lugar solitario y en un horario nocturno en el que «no deberían estar».

En otros casos, socialmente se ha construido la idea de que ciertas mujeres son «malas» o «no dignas», como las trabajadoras sexuales, y entonces algunos hombres consideran que pueden hacer lo que quieran con ellas, incluso quitarles la vida.

En algunas ocasiones, la exposición y abandono del cuerpo de las mujeres, niñas y adolescentes muestran un desprecio hacia su humanidad por ser mujeres.

En muchas ocasiones, son cometidos por personas cercanas a las víctimas que las consideran propiedades o extensiones suyas, y que deben obedecerles.

El feminicidio es la violencia machista extrema contra las mujeres. Es improbable que los hombres sean asesinados por estos motivos. El concepto fue desarrollado por antropólogas feministas y, en varios países de América Latina, como en México, llegó a configurarse como un delito.

No, el feminicidio es distinto a otro tipo de asesinatos en los que no importa el género de la víctima. Por ejemplo, si un hombre atropella de forma mortal a una mujer desconocida que cruzaba una calle, no se comete un feminicidio. Si este hombre planeó atropellar a esta mujer porque ella no quiso restablecer una relación con él, sí lo es.

La razón de género en este caso tiene que ver con la «autorización» que cree tener dicho hombre para mantener una relación con ella, independientemente de la propia decisión de la mujer, o el «castigo» que le impone (agredirla física, sexual o psicológicamente) porque ella no quiere estar en una relación con él.

Es importante tener en cuenta que se basan en los estereotipos de lo que socialmente se considera que debe ser y hacer una mujer, niña o adolescente, en ese sentido son motivos y/o circunstancias en las que es poco probable que los hombres se encuentren.

Los estereotipos de género se definen como las ideas, cualidades y expectativas que la sociedad atribuye a mujeres y hombres; son representaciones simbólicas de lo que mujeres y hombres deberían ser y sentir; son ideas excluyentes entre sí que al asignarnos una u otra reafirman un modelo de feminidad y otro de masculinidad.

Puede ser tan aparentemente sencillo como «rosa» para las niñas y «azul» para los niños pero tiene un gran impacto si pensamos en todos los estereotipos alrededor de las mujeres y los hombres que nos atraviesan todos los días. Por ejemplo, «las mujeres deben quedarse en casa y los hombres salir a trabajar». Cuando los estereotipos de género no se siguen suele haber una respuesta de rechazo o violencia.

Otro ejemplo es que la evidencia señala que es mucho más probable que una mujer sea víctima de violencia sexual cometida por un hombre, o que una mujer sea asesinada –o reciba cualquier tipo de violencia– por querer terminar una relación.

El derecho penal tiene la función de sancionar situaciones que atentan contra los derechos de las personas que el Estado debe garantizar y expresa qué conductas son inaceptables y por ello sancionadas para nuestra sociedad. El derecho penal también tiene una función preventiva –aunque esto ha sido muy cuestionado–.

Por ello, el movimiento feminista logró que se creara un delito específico para el caso de los asesinatos de mujeres por razones de género. Este delito, el feminicidio, es distinto al homicidio en tanto hay otros derechos que son violados, como el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia o el derecho a la libertad sexual.

El delito de feminicidio en Yucatán fue creado en 2012, sin embargo, los diputados y diputadas no lo clasificaron como un delito grave hasta el 2014, gracias a la presión del Centro de Derechos Humanos Indignación A. C.

Con la modificación de 2014, el Congreso del Estado realizó nuevos cambios al delito que limitaban su aplicación de forma preocupante. Es por ello que las organizaciones Yucatán Feminicida, Ciencia Social Alternativa Kóokay A.C. y Ni Una Más A.C. iniciamos la campaña #Justiciaalamedida para exigir la homologación del tipo penal de feminicidio de acuerdo al Código Penal Federal, esto se logró en junio de 2017.

No todas las formas de violencia son fáciles de identificar, hay algunas como la violencia psicológica o la económica que pueden ser más sutiles que la violencia física.

Lo primero que debes hacer es confiar en tus sentidos, si sientes que una situación que estás viviendo, se está desarrollando de forma agresiva y tienes duda de si se está actuando conforme algún tipo de violencia, lo mejor que puedes hacer es identificar que modalidad y en que ámbito de violencia estás inmersa.

Presta atención a si tienes alguna impresión de sentirte mal en tu relación, si sientes que restringe tu libertad para pensar, actuar, cómo vestirte, si minimiza lo que haces, si te dice cosas que te hacen sentir insegura o temerosa, esto podría indicar que estás en una relación con violencia, control y sometimiento.

Es importante que no minimices ningún tipo de violencia, toda modalidad y ámbito de violencia puede ser peligroso y generalmente se encuentran vinculadas más de una forma de violencia.

También es muy importante que puedas hablar con mujeres cercanas a ti que sean de tu confianza y puedes acudir a algún servicio de atención para las mujeres, como los institutos o secretarías de las mujeres en tu municipio o del estado, o buscar a alguna organización de la sociedad civil o colectivo que defienda los derechos de las mujeres en tu comunidad.

No a un feminicida, pero sí puedes identificar patrones de conducta o un contexto de incremento de la violencia de pareja, existen rasgos que nos permite identificar la escalada de violencia, el aumento en la intensidad y frecuencia de los actos de violencia, así como prácticas que ponen en riesgo la vida de las víctimas de violencia familiar, tales como el acceso a uso de armas de fuego, consumo de drogas o contextos de conflictos o disputas por la custodia de los hijos, estos y otros son los elementos que nos sirven para una valoración de riesgo.

Sin embargo, es importante recalcar que no hay una “apariencia” de feminicida, la experiencia nos ha enseñado que los feminicidas son personas comunes, algunos de ellos con condiciones socioeconómicas y culturales altas, por lo cual es importante es siempre estar alertas de las señales de violencia.

Las y los feminicidas generalmente ejercen no solo violencia física, sino otras formas de violencia en contra de mujeres y niñas.

Una mujer o niña que sufre violencia generalmente atraviesa por una situación compleja de miedo, desconfianza y vergüenza por lo que le han vivido. También es frecuente que las víctimas de violencia hayan normalizado los actos de violencia y concluyan que es una situación «común» o que «no escalará a más», por lo que es importante hacerle saber a tu amiga que la apoyas y no la juzgas.

Será importante que puedas proporcionarle la información que pueda necesitar para tomar una decisión: información que le permita detectar el tipo de violencia que ha vivido, donde denunciar, los refugios, las medidas de protección, las vías de asesoría jurídica etc.

Si es posible generen una red de protección, lugares, amigos, con los que podría refugiarse o pedir ayuda en caso de que los necesite, así como un protocolo de seguridad (por ejemplo una hora fija en la que se debería comunicar para informar que todo se encuentra bien). También es útil establecer «códigos» o «palabras claves» que permitan identificar que realmente se encuentra bien en una comunicación escrita y/o hablada.

Es importante que le aconsejes que denuncie desde las primeras alertas de riesgo u acto de agresión en su contra.

Existe suficiente evidencia de que los actos de violencia contra las mujeres es importante denunciarlos o pedir la intervención de la policía, una acción oportuna puede evitar que se cometa un crimen.

Esto es particularmente importante si la víctima es menor de edad y los hechos pueden ocasionar lesiones o si hay un temor fundado por la vida de la víctima.

Las personas que atienden el número de emergencia 911 deben contar con protocolos para atender de manera específica casos de violencia de género.

Un feminicidio se investiga de muchas formas; generalmente se buscan los testimonios de las personas que pudieron presenciar actos de violencia previa o que tuvieron contacto con la escena del crimen.

También se deben considerar una serie de dictámenes médicos y periciales que buscarán determinar las lesiones sufridas, los indicios de violencia previa, incluida la información para la determinación de violencia sexual.

Otro punto importante es el análisis y la exploración y resguardo de la escena del crimen, toda evidencia debe ser identificada, resguardada y puesta en análisis y custodia de las autoridades. Los videos de las cámaras de videograbación de la escena del crimen deben ser inmediatamente solicitados y revisados.

Otra manera de investigar feminicidio es a través de la revisión de los antecedentes de violencia del probable responsable. Nunca se debe investigar un caso de feminicidio a través de la obtención de pruebas que busquen culpar a las víctimas por lo ocurrido o justificar al feminicidio por su conducta.

Este tipo de investigación de realizarse con perspectiva de género, es decir, a través de una metodología que permita identificar el posible contexto de violencia en el que ya se encontraba la víctima en relación con el posible perpetrador pero también en relación con otros espacios que habitaba, el impacto diferenciado de hechos relacionados con el feminicidio en la vida previa de la  víctima y cualquier forma de vulnerabilidad que por cuestiones de género haya enfrentado. Para esto, existen protocolos especiales que deben seguir las autoridades.

El delito de feminicidio fue incorporado al Código Penal Federal en 2012, pero los congresos estatales lo crearon en distintos momentos. Por ejemplo, mientras Guerrero lo hizo en 2010, en Chihuahua fue hasta 2020. Esto no quiere decir que antes no existieran los feminicidios –el asesinato de mujeres por razones de género– sino que no había un delito específico y eran clasificados como homicidios. Además, los elementos objetivos –los actos y circunstancias bajo las cuales un hecho podría calificar como feminicidio– son distintos de un estado al otro.

Por otra parte, en muchas ocasiones, por desconocimiento o para reducir cifras, las fiscalías no investigan los asesinatos de mujeres por razones de género como probables feminicidios.

Todo lo anterior tiene dos resultados: el primero es que comparar datos de feminicidios entre estados del país es muy impreciso, y el segundo es que, en algunos casos, la prensa o las organizaciones de la sociedad civil consideran que existe un número mayor de feminicidios de los que reportan las fiscalías.

Este es el caso de Yucatán: consideramos que veintiocho asesinatos de mujeres cometidos por razones de género de abril de 2012 –cuando se creó el delito en nuestro estado– a septiembre de 2021, no fueron debidamente investigados y se clasificaron como homicidio en alguna de sus agravantes o modalidades, como homicidio en razón de parentesco o relación.

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Este sitio web fue realizado por Yucatán Feminicida en cooperación con la Fundación Heinrich Böll, e.V., y Kóokay, Ciencia Social Alternativa A. C.